Mundo cambiante y complejo

Lo primero es pensar cuál es la maleta que vamos a llevar, dependiendo del tiempo que nos vamos a ir y sobre todo siendo realistas. Una vez elegida la maleta, es hora de visualizar el espacio del que disponemos y hacer una lista de lo que necesitamos llevar y lo que de ningún modo se nos puede olvidar. Como fan de las listas, se que a veces se nos pueden ir de las manos y llegar a incluir cosas que no son tan importantes o que en este caso, no vamos a usar. Por esto es importante ser conscientes de a donde vamos y a que vamos. Pensando en todo momento cúal es el motivo por el que hacemos ese viaje y cómo nos visualizamos allí, para incluir así solo lo imprescindible.

Una vez hemos pensado en todo lo anterior, llega uno de los momentos más agobiantes, el de elegir la ropa. Estoy segura de que todos alguna vez hemos metido la ropa en la maleta de forma aleatoria, sin pensar ni siquiera en el tiempo del destino. Esto es un fallo enorme, porque hará que cuando estemos en ese lugar al que hemos ido a disfrutar, nos estresemos y perdamos el tiempo pensando qué ponernos. Por eso una idea genial es organizar los outfits para todos los días. Si, se que puede ser un poco “coñazo”, perdón por la expresión, pero mejor dedicar una mañana a esto ahora, que perder tiempo de vacaciones. Además, en casa tienes todo el armario a tu disposición y puedes probartelo y hacer las combinaciones que más te gusten, donde quiera que te vayas.